http://www.blogger.com/

viernes, 10 de febrero de 2012

LO QUE POR ENTONCES ESCRIBÍA: LA PROSA (Fragmentos 2003-2005)


"De vegades maleïsc que siga tant i tant difícil ser feliç quan una sap amb bastant precisió on és el camí"
(Mª Josep Escrivà i Vidal)

lAS hISTORIAS qUE jAMÁS vIVIRÍA

 
tienen que ver con la humillación, con la degradación del Ser Humano, con la Violencia en mayúsculas o con violentar los momentos cotidianos.
        No las viviría por principios, y porque el más mínimo gesto de frialdad me haría llorar.
       Siempre tuve la suerte de saltar a tiempo. Me levanto tan contenta de haberlo evitado que hay quienes me creen insensible al dolor.


lA rESERVA (Sant Pol, Septiembre 2003)

-Nosotros no somos el Mundo - me dijeron una vez mis amigos-. Nosotros somos sólo una reserva. Algún día tendrás que salir y te darás cuenta. Tendrás que pactar. No pretendas encontrar en la gente lo que tenemos Nosotros, ni siquiera en una pareja.

        Han ido pasando los años. He decidido quedarme a vivir en la Reserva. De largo en largo entra alguien; alguien se marcha. Hay temporadas en que en la Reserva habito sólo yo.
        Me he acostumbrado a dormir en paz, a crecer libre (en este mundo acotado, no lo olvido, pero no me hace infeliz); deambulo sola o comparto mi tiempo con quienes me aprecian y me comprenden. Respiramos ilusión en la Reserva.
Si algún día me “comprometo” con alguien “en especial y definitivamente” (eso se cree siempre), habrá de ser de la Reserva. Construiremos nuestra choza, donde se duerma en paz y nunca falte el respeto ni la confianza.
       Sin esas premisas, lo confieso, tarde o temprano yo siempre me acabaría marchando.
       Esto es mucho más difícil que encontrar un príncipe azul. Es poesía, lo sé. Es el tono en que se escribe mi Vida. A veces cántico; otras, sátira o elegía.


pLATERO (Segovia, septiembre 2003)

        En los alrededores de Sepúlveda, a punto de acabar mi ruta, me eché a llorar, sin saber muy bien por qué, es decir, por todo.
       Entonces apareció entre la arboleda un burrito blanco (Le hice una foto para que también los “realistas” me crean); se acercó con cara famélica a mi mochila; me obligó a levantarme.
      Ahora yo he de aplicarme en mi recuperación (física y moral) sin miedo. De lo contrario, nunca conseguiré salir del hoyo. Si cuando logre volver a la superficie resulta que había errado el Camino, ya lo desandaré y elegiré otro, si me queda Vida para ello. Pero primero hay que curarse; regresar sin temor a aquella opción que tomamos con firmeza, que se llamaba Montaña, ¡que tan felices nos hizo, que ni un solo día nos decepcionó!




lA mEUA gENT (Cádiz, enero 2004)

        M´he sentit desemparada entre la gent, com mai ho havia estat creuant països amb la meua bici com capçal ; per tal de concloure que les poquetes coses que faré en la meua vida, tindran que veure amb mi. Si algú les comparteix, haurà de tindre molt que veure amb mi, com el Kike i l’Alex, i tu, Mª Josep, i Tata Eve, i el Tete i Ester i Gema, i la meua bici Camino. Jo, en cap circumstància, no m’abandonaré, no rendiré la conciencia. Sols així –puga o no puga tornar a fer alta Muntanya- la meua Vida tindrà alguna cosa que veure amb la Vida que desitge. Sols així es viuen grans històries, vertaderes, i hom no es lamenta que temps passe ni que s’acabe. Un rostre, de vegades, n’és només l’icona, l’empenta.


pRINCIPITOS, hOMBRES y aMIGOS (IES Montserrat, enero 2005)

        Cuando tenía 15 años creí conocer al Principito. Fue un hecho tan maravilloso que pensé que nunca volvería a enamorarme así. Ni lo propiciaba.
       Tantas veces conté esta historia, que el hombre que a mis 32 años me amaba como a una estrella, se convenció de que yo nunca podría quererle, porque mi corazón pertenecía a un ser con cabellos de oro...
       Paradójicamente -o por eso mismo- fue aquel verano cuando dejé de esperar principitos sobre los puentes de París. La primavera siguiente me abrasó la ausencia de aquel a quien tantas veces le había negado un beso. Todavía hoy, si intento describir cómo me gustaría que me quisieran, evoco la tarde que alguien llamó a la ventanilla de mi coche, detenido en un semáforo, para entregarme una cartita en la que había dibujado un amonites, con cuyos tentáculos quería rozar mis dedos, incluyendo en esa metáfora toda la Historia de la Evolución. En otra ocasión me pintó un Principito y un barco con una isla y una planta pincharruedas...

      Cuando volvimos a encontrarnos y me convertí en su amante, ese hombre había sufrido tanto que ya nunca dibujaba y le había cogido miedo al amor.

       Coincidí con mi Principito hace menos de un año, una tarde de junio difícil y hermosa. Era, en efecto, un Hombre Íntegro, un padre de familia y un excelente profesional de la Música. No lamenté ni un solo instante de los 17 años que le había amado.
       ¡Pero rogué que no volviera a pasarme algo así! Al Principito -he llegado a entender con el tiempo-, también le impresionó conocerme. Se convirtió en mi amigo menor. Cuando estuvo en edad, me consultó qué estudios debía cursar, cómo hablarles a las chicas que le gustaban, con quién le convenía compartir piso... Nunca osé sugerirle que se quedara conmigo (mi respeto a la voluntad ajena raya los límites de la imbecilidad) Acabó casándose con una chica mayor que yo.
        ¡A estas alturas yo no quisiera volverme a quedar colgada de un hilo imposible! ¡Tengo demasiadas ganas de Vivir, de que mis sueños puedan tocarse! ¡Y de ver Vivir a mi lado! Si un hombre viene a contarme otras historias, entonces no le amaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

http://www.blogger.com/