http://www.blogger.com/

viernes, 27 de abril de 2012

MI BICI CAMINO: TERUEL 2012 (1ª parte)

APROXIMACIÓN (5-4-2012): Valencia-Gilet-Teruel-San Blas.

Temía que el estómago se me revolviera antes de emprender este viaje, tantos eran los nervios que he acumulando temiendo tantos otros incidentes que pudieran dar al traste con él. ¡Tanta era la ilusión! Ahora puedo decirlo, ahora que se cumplió sin contratiempos, ahora que la realidad superó con creces las expectativas. ¡Y eso que era tanta la ilusión...! Éste era EL VIAJE que he esperado todo el año, la meta para la que he entrenado sobreponiéndome al miedo, al dolor y al desánimo que ambos me causaban.

He empleado varios días en "tunear" a Camino (cambio de cubiertas, incorporación de pito, portamapas, transportín, bolsa delantera...) y preparar las alforjas. "¡Hace tanto tiempo que no encontraba las cosas, ni siquiera las que estaban en su sitio!", le confieso a Jose cuando comenta que esta vez ha tardado un montón en preparar el equipaje.

Afortunadamente, creo que no me dejo nada (al menos no cabe nada más) y a las 19.00 estoy como un clavo en la puerta de Olatx. Acudimos a la salida de Gilet, donde nos reunimos con otros dos coches. "Los hermanos" (Jose y Sergio) se llevarán a Camino; Olatx y Paco las alforjas; en el coche de Jorge y Mamen creo que no dejo nada; el bolso de mano y la cena se vienen conmigo en Charlie, que será el coche que dejaremos en San Blas (donde están los del resto grupo) para volver a recoger los otros a Tornos (adonde nos dirigimos para incorporarnos en la segunda etapa) Más tarde saldrán Luz y La Rubia. En total 9 ciclistas que nos sumaremos a los 14 -Gabi (padre del viaje), Pat, Rubén, Maica, Marian, Alberto, ´"el trío tiroriro" (Javi, Miguel7A, Miguel), Blanca, Carlos, Vicent, Jorge, Jordi-, que ya han hecho ruta hoy.

Al llegar a Tornos la mayoría de nuestros compañeros ya están acostados, en una nave que nos ha prestado el alguacil. No hay luz ni agua. Doy las primeras pedaladas yendo a la fuente en la oscuridad. Cenamos a la lumbre de las frontales, dejo colocadas las alforjas para el día siguiente y me voy a mi saco de plumas ligero, comprado ex-profeso para estos viajes hace un año y medio, al regreso del último. Como hace fresco, "arrepucho" (es decir, pegadita pegadita que no cabe ni un dedito) mi esterilla a la de Sergio, me pongo el antifaz y los tapones (que los de hoy han hecho 130 km y les desborda el cansancio por la nariz) Noto el calorcito reconfortante que desprende mi compañero, complacida todavía más por el hecho de que mi saco es más cálido de lo que esperaba y ni siquiera necesitaría el rescoldo humano, ¡pero me gusta sentir que están ahí, que estamos de viaje! ¡En este viaje!

Cuando me levanto a mear hace una noche estrellada, de cuya placidez sólo volveré a despertar al recordar que he dejado la llave del coche en la bolsa que va a quedarse en el de Olatx. ¡Menuda faena si dentro de cuatro días llegamos a San Blas y no tengo la llave del coche! Lo primero que hago al levantarme -la primerita, como todos los días, para desayunar con calma mi sobrecito de café y tostadas al hornillo- es cambiarla al bolso de manillar.

PRIMERA ETAPA (6-4-2012): Tornos-Andorra. 118 Km, 1500 y pico m ascenso acumulado, más de 7 horas de pedaleo (datos de Carlos, que yo he puesto a cero involuntariamente el VDO y no llevo GPS)

Quedamos en empezar a rodar a las 8.30. A la salida de Tornos, mientras mis compañeros llenan los bidones, me doy cuenta de que he puesto las alforjas del revés y me roza el pie (finalmente éste será el anecdótico cumplimiento de la Ley de Murphy: ¡algo me tenía que pasar por concienzudamente que lo preparara todo!) Mientras algunos me ayudan a colocarlas debidamente -cosa que no resulta fácil el primer día-, el resto ser va recomponiendo el plástico atuendo (notense los gorros de baño, guantes de fregar, diferentes colores y tamaños de bolsas de basura...)



Antes de llegar a Calamocha (km 10) ya ha empezado a granizar. Como llovido del cielo nos viene el calentito y el rato de asueto en el bar, mientras algunos compañeros localizan al dueño de la tienda de bicis, que nos abre en viernes santo para vendernos una cubierta: primera avería del trayecto.

El viaje discurrirá casi íntegramente por carreteritas secundarias con apenas tráfico. Llaneamos por Navarrete del Río, Cutanda, Olalla, para empezar a subir el largo y tendido Puerto de Fonfría, donde entramos en contacto por primera vez con la nieve. Me dejo de comparativas con los de fregar y no me quito los guantes de nieve ni para sacar la foto de mi primer puerto con alforjas en tanto tiempo. Valga esta de "los hermanos" con la primera imagen del manto blanco al fondo.




Descendemos con un hambre de lobo y ansias de algo caliente que nos reconforte. Pero en el primer pueblo, a pesar de ser la hora del aperitivo, han cerrado el bar, precisamente por eso: es la hora de comer y a ello se disponen los dueños. Decidimos continuar hasta el siguiente, donde nos encontramos con más de lo mismo; hasta que, afortunadamente, se incorpora a nuestro ágape la encargada del local que sirve como bar (no dab comida ni hay aseos), que amablemente abrirá para servirnos unos cafés y otros brebajes más contundentes.


Birlo la foto a mis compañeros, pero es que no tiene desperdicio

Huesa del Común ofrece un área recreativa ideal para pernoctar (fuente, casita con asador y mesa, entorno idílico...)
...Pero a nosotros nos queda todavía la mitad de la etapa: Plou, Oliete... Antes de llegar a Andorra la hambruna me hace parar en la cuneta a rebuscar en las alforjas, gesto que se acaba pegando a gran parte de mis compañeros. Coincido con Jose, que también está delgadito, en que hemos comido poco a lo largo del día. Ya no me volverá a pasar; en las siguientes etapas, cada vez que alguien me adelante, me pillará con el bolso delantero abierto, picoteando. "¡¿Otra vez comiendo?! ¡¿Pero dónde te lo metes?!"
Llegamos bastante agrupados a Andorra. 23 ciclistas, que no suelen salir habitualmente juntos, recorriendo 120 km en condiciones metereológicas adversas ¡en perfecta armonía! Disfrutar de un viaje para mí tiene bien poco que ver con las comodidades materiales, con el exotismo o con el dispendio monetario.
Localizamos el soportal del polideportivo, del que nos ha informado una compañera del insti. Nos refugiamos en el bar de enfrente para cambiarnos y tomar unas cervezas, que se convierten en unas cada uno, acompañadas de hamburguesas. Algunos salen a ver la tamborada. Regresan con la llave de un piso que nos ha dejado la policía para pasar la noche. Como no cabemos todos, habrá dispersión: unos acamparán en un olivar; otros se meterán en el porche techado de un instituto que está abierto... Yo voy a parar a una cama de la habitación del pisito; entre la mía y la de Olatx y Paco (que hace equilibrios para no caer sobre nadie) duermen "los hermanos" en forma de T; Jorge, atravesado en el quicio de la puerta que da al salón, donde se han ido encajando todos los demás más las alforjas; las bicis reposan en el otro cuarto, esperando volver a cabalgar...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

http://www.blogger.com/