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lunes, 12 de diciembre de 2011

LO QUE POR ENTONCES ESCRIBÍA: FRAGMENTOS DE MI CUADERNO DE VIAJE, ALGUNAS CITAS Y MÁS FOTOS

Como si las historias abandonadas intempestivamente
tarde o temprano debieran retomarse:
dehesas de encinas.


Extremadura parece prolongarse hasta el mar.

L I S B O A, 4 de agosto de 2002
Castelo de São Jorge


      ¡Una almena! En la torre más alta (vértice geodésico) me siento a saber lo que quiero. Aquí hay tanta gente que me daría vergüenza llorar. De ningún modo me siento tan sola como aquella tarde, hace un año (¿es mucho o poco?) en que desde lo más alto de otra muralla oteaba las encinas en el horizonte bochornoso e intentaba convencerme de que, aunque ahora me fuera imposible salvar la incomunicación, zafarme del dolor y de la rabia, cuando hubiera pasado el tiempo, sólo recordaría un paisaje hermoso: Valencia de Alcántara, a 3 km de la frontera.


     Pensaba que pasearía con mi bici junto al mar, remontando el río, que cuando llegáramos a la plaza donde Pessoa se plantaba como un pájaro, sería grato comentar la anécdota. Es todo cuanto pensaba hace un año, en mi primera "aproximación" a Portugal. Me parecía suficiente y bellísimo.



"Sube Ricardo Reis por la Rua do Alecrim y, apenas salido del hotel, tuvo que detenerse ante un vestigio de otras eras (...) Piensa en estas contradicciones mientras va subiendo por la Rua do Alecrim, por los raíles de los tranvías corren aún regueruelos de agua, el mundo no consigue estarse quieto, es el viento que sopla, son las nubes que vuelan, de la lluvia ya no hace falta hablar, tanta ha caído".

(José Saramago, El año de la muerte de Ricardo Reis)



   


PARQUE DAS NAÇÕES(Expo) ¡Para decepcionarse!
Llego tarde a la cita. No encuentro el Decartón para comprar el calapié que el primer día me aplastó un camión (sin él acabaré el viaje) El helado del burguer está igual de bueno que en España, pero se derrite en seguida.
De parque, poco; de jardín, uno donde los árboles se podan varias veces al año. ¡Para desmoralizarse! Para caérsete el alma a los pies esta absurda y desmesurada demostración de Neobarroco: cemento y asfalto para encubrir la pobreza.


S   I   N   T   R   A

CASTELO DOS MOUROS



 PARQUE NATURAL Y PALACIO DA PENA: Donde no pueden entrar bicicletas, pero el asfalto llega hasta los pies de las rocas prehistóricas.

Hay quien llora en el cine. Yo me emociono al comprobar que aquí también hay robles (Quercus Pyrenaica, la misma en todas partes) Es como haber encontrado un viejo conocido allí donde no lo buscabas. Y hay helechos gigantes. Y una tuya. Extrañas formaciones geológicas que sobresalen sobre las copas de los árboles. Flores y pájaros que ya nadie nombra.


"Que tingues sort / i que trobes el que et va mancar en mi"
(Lluis Llach)


M    A    F    R    A



"Me llamo Francisco Marques, nací en Cheleiros, aquí, cerca de Mafra, a unas dos leguas, tengo mujer y tres hijos pequeños, toda mi vida la he pasado trabajando a jornal, y, como no veía modo de salir de la miseria, decidí venir a trabajar para el convento (...)
     Era necesario ir a Pero Pinheiro a buscar una piedra muy grande que allí había, destinada al balcón que quedará sobre el pórtico de la iglesia (...)
     Recordaba el camino que bajaba al valle de Cheleiros, aquellas curvas cerradas, aquellos declives terroríficos, aquellas empinadas cuestas que caían casi a pico sobre la carretera... Si Dios tuviera piedad de los hombres (y de las bicis) hubiera hecho un mundo raso como la palma de la mano".

(José Saramago, Memorial del Convento)




RIBATEJO. Dile que ahora los Campos Dorados me recuerdan su escaso pelo negro y su compañía mientras comía por primera vez espigas.

P A R Q U E     N A C I O N A L     P E N E D A - G E R Ê S


Celebrando el Km 1000: Un paseo sin alforjas
¡Por todos los que me trajisteis a la bici!
(A veces dedico puertos de Montaña como los poemas que no escribo)


     El triángulo Vega-Altair-Deneb vuelve a presidir las noches de agosto. Los recuerdos son aquí otra cosa: ni los rechazo ni me causan pesar: nos resignamos a hacernos mutua compañía por estos Caminos en los que nada busco y nada acepto. Este año viajo en la más íntima misantropía; estoy bien así, no quiero llevarme ninguna ausencia, no quiero encontrar ninguna cuando vuelva.
      Desde que llegamos al Norte dormimos rodeadas de árboles y no se ven las estrellas. O se cierra la niebla. O se me cierran los ojos antes de que haya suficiente oscuridad.
      Sabía que el transcurso de una Vida abarca pocas noches perfectas. Aun así algunas veces no tuve nada que decir. Y callé. Este "pacto de integridad" o esta soberbia nunca me resultó gratuita.

S   A  Ñ  A





















España me devuelve las ganas de todo, como si haber ido tan lejos, tan sola, me diera derecho a esperar de nuevo en cualquier plaza con tantísima ilusión... Ganas de calamares a la romana, de tortilla de patatas, de algodón de la feria, de leer en los parques... Y a cada cabellera morena sonrío y me digo que no, que no pueden quedárseme prendidos los ojos.


DESDE LA VENTANA DE ROSALÍA A ORILLAS DEL SAR...

 





















S  A  N  T  I  A  G  O



          La ciudad me impresiona como si no fuera mía. Por sus esquinas, en cambio, me vais apareciendo todos: Mª Josep, Elisa y Fernando en el viaje de COU, mamá, Johnny... Duermo en la misma ala del Seminario.
         Añoro las carreras alocadas del año pasado por la Rua das Trompas, las "exploraciones" nocturnas por estos pasillos que esta tarde, con luz, casi no reconozco. Me alegro de estar ahora en la otra orilla. Por todas partes temo cruzarme con tus ojos negros, para que no creas que vine buscándolos; para que no dudes de que en cualquier parte te habría querido; porque ahora, no obstante, pasaría de largo. Me cuidé: tengo fuerzas y moral para llegar a Finisterre.





Una vez más agosto comenzó con encinas y termina en bosques de eucaliptus, bajo los que nada crece salvo la ilusión.

"Es como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio", dice Úrsula Iguarán (Gabriel García Márquez, Cien Años de Soledad) Yo este año he implorado que los círculos se cerraran, que llegara la fecha en que todo fuera nuevo. Nunca se hace dos veces el mismo viaje.







  
     Vuelvo a cruzar A PONTE MACEIRA, sobre el río Tambre: el lugar donde pudo haber estado el Paraíso.


"Ricardo Reis la acompáñó hasta el descansillo, ella miró hacia arriba, él le hizo un gesto de despedida, sonrieron los dos, hay momentos perfectos en la vida, éste fue uno, como una página que estaba escrita y aparece en blanco otra vez".

(José Saramago, El año de la muerte de Ricardo Reis)


Y un poco más allá...



     A veces un momento perfecto (hecho a medida de imágenes poéticas) no es eterno ni es verdad.
      Otras, en cambio, horas fugaces en que las palabras no aciertan a definirse,
muertos de sueño,
abrazándonos con prisas,
permanecerán siempre y serán referencia segura en los trances de la Vida
COMO MIS CAMPOS DE TRIGO
COMO EN LOS MAIZALES


Desafiando a las multinacionales...




Hoy llego a Negreira para quedarme. El pueblo, que recordaba fantasmal -quizá porque el año pasado era domingo, quizá porque era el adiós-, está realmente enclavado en un lugar precioso, rodeado de bosques. Sí que hubiese sido hermosísimo continuar. Pero ahora no imagino otra tarde que la de hoy. Me siento a gusto con esta paz y este silencio.








F  I  S  T  E  R  R  A :  K M  1 3 9 7



     Hay Caminos que acaban abruptamente sobre un acantilado. Otros discurren por llanuras sin hitos hasta el atardecer. Los hay genuinamente machadianos, es decir, no existen antes de que alguien los haya andado.
      Évora-Santiago-Fisterra: 1387 km "on my own", sin marcas, sin albergues, sin peregrinos... En ningún momento me he sentido sola. Si alguna certeza tengo es que me llevo estupendamente con mi bici, Camino, y conmigo misma.

Atardecer en el Fin del Mundo. Donde no hay lugar para los recuerdos ni para la esperanza: la belleza del momento lo llena TODO.


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